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Desde inicios del 2020, distintos países fueron adoptando medidas de confinamiento y de protección contra la infección provocada por la Sars-Cov-2, lo que representó un reto para los profesionales de la salud, en el caso de la psicología, las terapias brindadas en modalidad presencial se vieron interrumpidas, pasando a realizarse en forma online. A tres años de dichos sucesos conviene reflexionar sobre lo que implicó el uso de la telepsicoterapia como modalidad apoyada por la evidencia bajo ciertos criterios para favorecer sus efectos terapéuticos. En base a esto es que se comienza reflexionando sobre lo que implicó el contexto covid-19 en la psicología, más específicamente en el área clínica, pasando a generar una mayor notoriedad de los desórdenes psicológicos/ psiquiátricos en la población general. A partir de esto, conviene abordar la telepsicoterapia en dos bloques, el primero referido a la creciente evidencia sobre los efectos terapéuticos conseguidos,que la posicionan como una alternativa sustentada; mientras que, paralelamente se considera en todo momento las bases que apoyan sus potenciales efectos. Se finaliza haciendo mención a las limitaciones que podrían encontrarse en esta forma de intervención.
Since the beginning of 2020, different countries have been adopting confinement and protection measures against the infection caused by Sars-Cov-2, which represented a challenge for health professionals, in the case of psychology, the therapies provided in face-to-face modality were interrupted, becoming carried out online. Three years after these events, it is worth reflecting on what the use of telepsychotherapy implied as a modality supported by evidence under certain criteria to promote its therapeutic effects. Based on this, we begin to reflect on what the covid-19 context implied in psychology, more specifically in the clinical area, generating greater notoriety of psychological/psychiatric disorders in the general population. From this, it is convenient to approach telepsychotherapy in two blocks, the first referring to the growing evidence on the therapeutic effectsachieved, which position it as a supported alternative; while, in parallel, the bases that support its potential effects are considered at all times. It ends by mentioning the limitations that could be found in this form of intervention.
