Cervantes (1547-1616) no fue un hombre con suerte. Fue a triunfar como novelista, y no como poeta o como dramaturgo, que eran los géneros literarios que ciaban prestigio a un escritor en la Echad de Oro.
El conocimiento de la poesía cervantina es un estupendo ejercicio didáctico para conocer y comprender la poesía que se hacia en España en aquellos años. Efectivamente, los estudiosos de la poesía cervantina coinciden al afirmar que cultivó tanto la poesía tradicional como la italianizante, usando una considerable variedad cíe formas métricas: romances, villancicos o redondillas, en el primer caso; y tercetos, octavas reales, sextinas, verso libre y, sobre todo, sonetos, en el segundo caso. Otro asunto distinto es la valoración literaria que esos mismos estudiosos hacen de los versos del autor del Quijote: en una época en que España alumbró los mejores poetas cíe su historia, que terminaron siendo algunos cíe los mejores poetas che la literatura universal (Garcilaso, San Juan, Quevedo, Lope cíe Vega o Góngora), Cervantes se sintió inseguro componiendo versos, lo que, junto a su habitual capacidad para la autocrítica, le llevó a desacreditarse como poeta; en Viaje del Parnaso llegó a decir: Yo que siempre trabajo y me desvelo /por parecer que tengo de poeta 7 la gracia que no quiso darme el cielo... Cervantes es un poeta desigual, desde luego, al que le costaba mucho esfuerzo componer versos, frente a la facilidad natural cíe Lope o la maestría técnica cíe Quevedo o Góngora.