Acceso usuarios
Rita Francisco
, Cátia Branquinho, Catarina Noronha, Bárbara Moraes, Nuno Neto Rodrigues, Margarida Gaspar de Matos
La ausencia de enfermedad mental no significa necesariamente la presencia de salud mental o bienestar. Especialmente después de la pandemia de COVID-19, es importante identificar el riesgo y prevenir el desarrollo de enfermedades mentales. El presente estudio tuvo como objetivos: a) caracterizar los niveles de bienestar y satisfacción con la vida de los adolescentes; b) identificar el riesgo de depresión; c) analizar las diferencias en las tres dimensiones de la salud mental teniendo en cuenta las características sociodemográficas (sexo y nivel de estudios); y d) analizar predictores de satisfacción con la vida y riesgo de depresión, considerando las características sociodemográficas y las habilidades socioemocionales. Participaron en el estudio 3235 adolescentes (50% chicas), con edades com-prendidas entre 11 y 20 años (M=14,47, DT=1,91). Los participantes asisten a escuelas públicas de 3er ciclo de enseñanza básica (47,9%) y enseñanza media (52,1%), y respondieron a medidas de autoinforme. Los resultados revelaron que la mayoría de los adolescentes (58,5%) tienen un nivel medio de satisfacción con la vida. Sin embargo, el 51,1% de los participantes tiene un nivel bajo de bienestar y el 19,6% está en riesgo de depresión. Todas las habilidades socioemocionales incluidas en los modelos resultaron ser predictores significativos de la satisfacción con la vida y de un menor riesgo de de-presión, especialmente el optimismo (además de control emocional, resistencia al estrés y sociabilidad). Los resultados refuerzan la existencia de un doble continuo de salud mental y enfermedad mental. Los resultados también apoyan la relevancia de implementar intervenciones escolares para promover habilidades socioemocionales que ayuden a los adolescentes a afrontar los retos de un mundo cambiante, y para prevenir la depresión. Desde la perspectiva de la salud pública, es esencial implementar programas de prevención universal que formen parte del paradigma de las escuelas promotoras de la salud
The absence of mental illness does not necessarily mean the presence of mental health or well-being. Especially after the COVID-19 pandemic, it is important to identify the risk and prevent the development of mental illness. The present study aimed to: a) characterize the levels of well-being and life satisfaction of adolescents; b) identify the risk of depression; c) analyze differences in the three dimensions of mental health considering sociodemographic characteristics (gender and level of education); and d) analyze predictors of life satisfaction and risk of depression, considering the sociodemographic characteristics and social-emotional skills. Participated in the study 3235 adolescents (50% female), aged between 11 and 20 years (M=14.47, SD=1.91). Participants attend public schools in the 3rd cycle of basic education (47.9%) and secondary education (52.1%), and responded to self-report measures. The results revealed that most adolescents (58.5%) have an average level of life satisfaction. However, 51.1% of participants have a low level of well-being and 19.6% are at risk of depression. All the social-emotional skills included in the models proved to be significant predictors of life satisfaction and lower risk of depression, especially optimism (besides emotional control, stress resistance and sociability). The results reinforce the existence of a double continuum of mental health and mental illness. The results also support the relevance of implementing school-based interventions to promote social-emotional skills that help adolescents deal with the challenges of a changing world, and to prevent depression. From a public health perspective, it is essential to implement universal prevention programs that are part of the paradigm of health-promoting schools.
