Paloma Varas Soler, Celia del Pino Lidón
Objetivos: Analizar si la relación entre la dosis de metadona administrada y las concentraciones plasmáticas está influenciada por enfermedades como la hepatitis o el sida, y si el consumo de otras sustancias de abuso (heroína, cocaína, alcohol o benzodiacepinas) pueden asimismo modificar las concentraciones plasmáticas de metadona.
Pacientes y métodos: El estudio incluye a 99 pacientes en programa de mantenimiento con metadona durante una media de 2 años. Se realizaron extracciones de sangre a lo largo de un año y mediante EIA se determinaron las concentraciones plasmáticas de metadona.
Resultados: Tanto la hepatitis B como el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) disminuyen las concentraciones plasmáticas de metadona en relación con la dosis administrada; por el contrario, las benzodiacepinas las incrementan de manera muy importante, y es en estos pacientes donde se han encontrado las concentraciones plasmáticas de metadona más altas de todo el estudio.
Conclusiones: Distintas situaciones clínicas, como patología asociada y/o consumos de otras drogas, parecen influir en la dosis de metadona administrada y en las concentraciones plasmáticas de metadona alcanzadas con dicha dosis; aspectos éstos que deben tenerse en cuenta en la práctica clínica.